Hay mundos que no todos son capaces de entender.

.

viernes, 26 de febrero de 2010

I Insomnio. Las crónicas de un Dios.

(Recomiendo que empiecen a leerla con el tema de Enya de el Gladiador) =)

Agitación.....
Rem...
Insomnio otra vez.

Reload.

Hoy pueden ser varios los recuerdos, y demasiado el calor para dormir.
Me recuesto... cierro los ojos.
Con la respiración profunda y un estado de relajación elevado...
Imágenes aleatorias me inundan el cerebro.
Uh... no recé.
Tarde... estaba dormido y muy consciente de ello...
Sentía que me quería salir... estaba huyendo del cuerpo... Sentía que el cuerpo se había esfumado y yo simplemente me estaba yendo... lo estaba dejando todo, para irme a quien sabe donde... Quizás para un rato, quizás para siempre.
Sí, mi mente funcionaba a mil...
Y la curiosidad no me mató... (No sé si hasta literalmente hablando... pero no sé)
Desperté después de una lucha ardua por despertar... agitado con miedo...
Con lágrimas saboteándome las mejillas...
Miré un poco la ventana... la noche era roja... de esas que pareciera que el infierno se hubiera apoderado de él.
Y caí en la presa otra vez.
Pero esta vez era un sueño, mi perspectiva era de butaca de cine... y no escapandome del mundo...
Y ahí estaba...

Mi sueño.

Una noche cálida... un desierto enorme... fragancia a tierra húmeda, una tierra desconocida.
Un hombre se acercaba por el fin del mundo y apenas alcanzaba a verlo... se acercaba lentamente, su sigilo parecía ser su mejor cualidad... parecía. Venía cubierto con un manto que le tapaba el cuerpo y aveces la luna reflejaba sus ojos.
El dolor de no poder respirar aparecía al ver el brillo de sus grandes pupilas... Su mirada no era serena. Sabía que estaba allí observándolo... Pasó tan cerca de mí que casi dormí dormido...
Se arrodilló, agarró la arena con fuerza...
Y empezo a llorar...
Evidentemente no hablaba un idioma que entendiera... sollozaba...
Mis mejillas se mojaban... en mi cuerpo, sentía el frío lejano de lágrimas mojando el cuerpo dormido que reposaba en mi cama... tan diferente ésta imágen que está secamente y perpetua viendo a un hombre llorar.
Él provocaba en mí algo extraño... una mezcla de pena con amor fraterno...
La Luna se iluminó y una mujer hermosa apareció... era de las cosas más bellas que el mundo lógicamente no había creado.
Sacerdotisa dijo el hombre... sí, raramente ahora entendía lo que hablaba, pero sé que no hablaba igual que yo.
Su rostro estaba destellando... Ella plena y serena lo observaba tranquila.
Tú... tú.. ¿eres el Oráculo? - titubeó el hombre...
Ella no hizo ningún gesto... su belleza era formidable... el pelo le caía hasta el piso, sus ojos eran como el cielo... Y apenas un poco de seda le cubría el cuerpo.
Hombre - dijo... ¿Qué te preocupa?
Mi mujer... -temblaba, va a parir al mismísimo hijo de Hades y Perséfone... Debo asesinarla.
El oráculo sonrió y largó una pequeña carcajada y dijo - ¿Tu jóven Dios pretendes desafiar a los mismísimos dioses del infierno?... Tu hijo revolucionará la historia.
Hará de ésta cultura y de éste mundo un verdadero mundo... Viene a ser diferente al resto.
A ser un Dios entre mortales venerando Dioses.
Viene a sufrir tanto a causa suya...
Viene a superar la guerra, para desatar la más grande y perdurable de todas.
Viene a traer las enfermedades más grandes, los llantos más sangrantes, las muertes más terroríficas...
Tu hijo viene a traer lucha a éste mundo que recién está comenzando..
Traerá valientes.
Que vienen a desafiarte a tí y a tus ideas.
Viene a robarte el arco y la flecha y hacer de él la suya.
A robar los dotes de los santos y a hacer la revolución. Destruirte y desterrarte tal vez...
¡Y cómo pretendes mujer...! Hay que destruirlo! - Dijo el hombre con ímpetu..
Crees hombre... ¿Crees que él será el culpable de todo ésto? Seran ustedes, por no aceptar algo diferente.
Eros... ésta vez el contrincante será tan fuerte... que sólo tu "Amor" podrá destruirlo...
Y el día que contemple al Dios del Amor asesinar...
Sonrió, lo besó en los labios, eran sujetos tan hermosos...

Lo único que lo puede destruir es o su padre... o él mismo...
enamorándose... ¿Y tu creés que tanto odio podrá amar?
Fijó su mirada en mí.

Desperté agitado... transpirado, sollozando... Pensé que había gritado. Estaba en casa otra vez...
Tenía culpa, miedo y me sentía derrotado, muerto, o como que alguna vez talvez... había sentido una sensación no tan diferente.
Agitación...
Rem...
Insomnio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sigo entrando por supuesto...
Siempre voy a segur entrando y leyendo todos tus sentimientos, y tus escritos..
Te llamo esta semana para juntarnos..
(Ya lo sabes!... =) )
Te amo!
Agus